Plenitud, serenidad, conexión, paz, amor, tranquilidad, relajación, descanso… Estas son algunas de las emociones que sintieron las personas que asistieron a la sesión de Slow Yoga que Soraya Soler ofreció la semana pasada en el Centre del Carme Cultura Contemporània de Valencia.
A Soraya Soler le gusta preparar muy bien sus sesiones de Yoga, cuida hasta al mínimo detalle, nos mima a quienes asistimos, nos acompaña hasta nuestro interior, nos ayuda a mirarnos, a sentirnos, a amarnos. Así que la sesión en el Centre Del Carme, prometía. No solo por las sorpresas que Soraya ya había anunciado, sino por la propia energía que se respira en este Museo.
El Yoga es siempre especial, siempre íntimo, siempre amoroso con tu cuerpo, tu mente y tu alma, pero no cabe duda de que un entorno con tanta energía, tanta historia y tanta vida, añade un plus de emoción y misterio a la sesión. Si la facilitadora es Soraya Soler, el éxito está asegurado:
Te vas a encontrar contigo misma
En esta sesión, Soraya nos invitó a practicar Yoga con los ojos cerrados para conectar todavía más con nuestro ser. Para fluir, confiar y dejarnos llevar por los sentidos. Su voz, el sonido de las hojas mecidas por el viento, la brisa de verano, el canto de los pájaros… y tú.
El Yoga fue fácil, lento, fluido. Nos íbamos dejando llevar, siguiendo las indicaciones de Soraya, sintiendo cada parte de nuestro cuerpo, escuchando lo que nos decía nuestra mente, las resistencias, los “uf, yo no puedo” o los “qué bien me siento”, pero sin juzgarnos. Y dejándonos sorprender, como la primera vez que Soraya nos pidió que nos diésemos un autoabrazo.
-“Sois la persona más importante de vuestra vida. La persona con la que siempre estáis. Decidle cuánto la queréis”, comentó Soraya.
Porque esto es el Yoga. Amarte sin juicio, mirar hacia adentro sin temor, vivir desde el respeto, desde la observación de la propia vida. Y lo hacemos desde el cuerpo, sintiéndolo, amándolo y dándole los cuidados que necesita, como la relajación, la quietud o el ejercicio. Desde la serenidad, la conexión y la paz. Desde el AMOR.
Y por eso, Soraya nos pide que cerremos los ojos y nos abramos a sentir todo lo que ocurre en ese Claustro, con su energía y la nuestra en conexión.
Aunque, si he de ser sincera, en algún momento, yo abrí los ojos. No pude resistir la tentación de, por unos segundos, observar tanta belleza, tanta vida. Y los volví a cerrar. Y ya no dejé de sonreír.
Imposible no enamorarse de esta sesión, no querer volver al Centre del Carme y llenarlo con nuestras esterillas de colores y mucho Yoga.
Jose Falcó